Una voz en el viento by Francine Rivers

autor:Francine Rivers
La lengua: spa
Format: epub
Tags: FICTION / Christian / Historical
editor: Tyndale House Publishers, Inc.
publicado: 2017-08-08T00:00:00+00:00

Cayo Polonio Urbano era el hombre más guapo que Julia hubiera conocido. La primera vez que lo vio, no había hecho más que sonreírle y tomarle la mano, pero ella casi se había desmayado por la ráfaga de excitación que había corrido por su sangre.

Ahora lo miraba desde el otro lado de la sala; y después a Calabá, que les hablaba a las mujeres reunidas. Esto era lo que ella quería, el lugar donde quería estar. Era cierto, su padre había flexibilizado las restricciones que le había impuesto, pero no era suficiente para Julia; en especial, cuando una de las condiciones de la lenidad de su padre era que no debía visitar a Calabá. Lejos de darse por vencida, las visitas de Julia a Calabá habían aumentado. Simplemente mentía acerca de adónde iba y a quién visitaba, al mismo tiempo que tenía la precaución de dar toda la apariencia de cumplir los deseos de su padre. De esa manera evitaba el conflicto (y el sermón) que recibiría si su padre se enterara de que continuaba la amistad con Calabá.

Marcus tampoco aprobaba a Calabá. De hecho, la despreciaba. Afortunadamente, estaba de viaje de negocios por el norte de Italia y estaría fuera durante varios meses. Con él lejos, padre ocupado con los negocios y madre ajena a la vida que había más allá de las paredes de la casa, Julia podía hacer lo que deseara. Ser considerada amiga de Calabá era un gran honor y algo que le daba a Julia un elevado sentido de importancia. Calabá dejaba en claro a todos los que la visitaban que su favorita era Julia. Sin embargo, a Julia las reuniones de Calabá no le resultaban ni por asomo tan divertidas como Cayo Polonio Urbano.

Cayo iba con frecuencia a la residencia de Calabá y Julia estaba impresionada por su presencia poderosa y viril. Lo único que tenía que hacer era mirarla, y la mente se le llenaba de pensamientos prohibidos. Octavia le había dicho que era el amante de Calabá, pero esa gota de información inoportuna solo aumentaba su carisma. ¿Qué clase de hombre podía satisfacer a una mujer como Calabá? Seguramente, uno que fuera mucho más macho que cualquier otro. Y si le pertenecía a Calabá, ¿por qué la miraba fijamente? Después estaba el dato de que Octavia estaba obviamente enamorada del hombre, algo que había estimulado el interés de Julia en Cayo.

Incluso ahora, sus ojos oscuros la provocaban y la acariciaban de una manera que Julia deseaba escapar de las sensaciones tumultuosas que él despertaba en ella. Se abanicaba y trataba de concentrarse en el discurso de Calabá, pero su mente seguía distrayéndose con pensamientos más sensuales. Cayo se levantó de su sillón. Mientras se acercaba a ella, se sintió sofocada por un cosquilleo caliente. El corazón le latía tan rápido y fuerte que tenía miedo de que él pudiera escucharlo.

Cayo esbozó una sonrisa al sentarse en el sillón de ella. Se dio cuenta de que estaba nerviosa y un poco asustada; su inocencia lo atraía y lo excitaba.

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